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martes, 1 de octubre de 2024

Carta del Padre Pío a sus hijos espirituales


Queridos hijos espirituales,

Que la paz y la gracia de nuestro Señor Jesucristo estén siempre con ustedes.
Me dirijo a ustedes con el corazón lleno de amor y preocupación paternal. En estos tiempos de tantas distracciones y tentaciones, siento la necesidad de recordarles la importancia de mantener nuestra confianza y fidelidad en Dios, alejándonos de los falsos ídolos que el mundo constantemente nos presenta.

Dios es nuestro Padre amoroso, que cuida de nosotros en cada momento de nuestra vida. Nos ha creado por amor y para el amor, y nos invita a confiar plenamente en Él. No hay nada que suceda en nuestra vida que no esté bajo Su providencia. Por tanto, les exhorto a que pongan toda su confianza en Dios, en su infinita misericordia y en su plan perfecto para cada uno de ustedes.
Recuerden siempre las palabras de Jesús: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí" (Juan 14:1). Él nos llama a una fe viva, a una confianza sin reservas, sabiendo que en sus manos estamos seguros.

El mundo está lleno de falsos ídolos que buscan apartarnos del camino de la verdad. Estos ídolos pueden presentarse en formas diversas: el dinero, el poder, el placer, la fama, e incluso las ideologías que prometen una felicidad falsa y pasajera. Estos ídolos nos esclavizan y nos alejan de la verdadera libertad que sólo encontramos en Cristo.

Les insto a que examinen sus corazones y vidas, y rechacen todo aquello que compite con el amor y la fidelidad que le debemos a Dios. Mantengan sus ojos fijos en Jesús, quien es "el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6), y no se dejen seducir por las promesas vacías del mundo.

Para fortalecer su confianza en Dios y resistir las tentaciones de los falsos ídolos, es esencial que mantengan una vida de oración constante y una frecuente recepción de los sacramentos. La Eucaristía es nuestra fortaleza y el Sacramento de la Reconciliación es nuestra medicina espiritual. No descuiden estos grandes tesoros que la Iglesia nos ofrece.

Les animo a rezar el Santo Rosario diariamente, a meditar en la Pasión de nuestro Señor y a buscar la intercesión de la Santísima Virgen María y de todos los santos.

Queridos hijos espirituales, confíen en Dios con todo su corazón y rechacen los falsos ídolos que buscan robarles la paz y la felicidad verdadera. Permanezcan firmes en la fe y en el amor de Cristo, sabiendo que Él nunca les abandonará.

Les llevo siempre en mis oraciones y les pido que recen por mí también. Que el Señor les bendiga y les guarde, y que nuestra Madre Santísima les cubra con su manto de amor y protección.

Con todo mi afecto y bendición,

Fr. Pío de Pietrelcina

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